De este restaurante (en concreto el que está en el Barrio de Salamanca) me hablaron muy bien e incluso en varios medios vi que tenía muy buenas opiniones en cuanto a la cocina y la calidad de los ingredientes. Es por ello que nos decidimos por probar e ir a comer.

Hicimos la reserva por teléfono (encantadores) y conseguimos mesa para el restaurante situado en José Ortega y Gasset 79.
Pese a que el local no es demasiado grande, la distribución y decoración interior nos gustó mucho (ladrillo visto y maderas, lámparas de diseño y amplios ventanales).
En cuanto al trato y servicio del personal, fue muy atento y agradable en todo momento, y nos hicieron sentir atendidos, sin ser abrumadores, cosa que agradezco en un restaurante.
La carta, es cierto que no es extensa en platos de aperitivos, primeros, segundos y postres, pero todos los platos se notaban con una gran calidad en los ingredientes. Aquí puedes ver la carta al completo.

Nosotros estuvimos en mesa, pero recomendaría tomarte un aperitivo en barra. Tienen unas opciones con muy buena pinta como la cecina, las gildas o los mejillones en escabeche.
Una vez pedimos, nos sirvieron unos entrantes cortesía, que fueron unas mini porciones de empanada de rabo de toro con curry y mayonesa, y que estaban muy ricas.
Lo que más nos gustó, y que es su plato estrella o al menos el que más se demanda, son las pipas HH (nosotros las pedimos con huevo frito) y que son gambas de cristal fritas con un punto picante con una salsa suave que las comerás de un bocado «como si estuvieras comiendo pipas». Este plato en concreto, es un primero, pero por la cantidad, se podría pedir para compartir entre dos/tres personas fácilmente.

Del resto de platos nos decidimos por comer un plato único cada uno, pedimos los pimientos del piquillo rellenos de rabo de toro y queso manchego, y el solomillo a la sal con patatas rústicas. Los dos platos estaban muy buenos, pero en especial la carne del solomillo, servida al punto, con unos cortes perfectos y una textura suave, estaba muy sabroso.
El solomillo te lo preparan delante de ti, traen la pieza entera, le dan un brochazo de pimentón y le hacen los diferentes cortes antes de ponértelo en la mesa. Está muy bueno. Y de guarnición te sirven unas patatas fritas caseras buenísimas.
Por precio, contando con el servicio, un refresco, botella de agua y dos cafés, fue un total de 68€. Por lo que por la calidad de los platos y el sabor, no es para nada caro.




Por la calidad de los platos e ingredientes, es un lugar para repetir. Aunque quizás no como para comer en mesa y sí como aperitivo con amigos, junto con unas cervecitas antes de una comida. :)
El sitio es agradable y la zona es buena, sólo que si vas en coche te va a costar probablemente aparcar, aunque puedes dejarlo en un parking público cercano o acercarte en transporte público (las estaciones de metro más cercanas son Manuel Becerra y Lista).